Luego de la fiesta gaucha, los muchachos se quedaron con las ganas de un buen asado, así que el domingo, entre algunos compañeros de trabajo, organizaron uno.
Después de comer y de la sobremesa, nos fuimos a una zona con mucho césped a disfrutrar del sol. Gustavo aprovechó a practicar tiro al blanco con su arco.
Qué día espectacular!
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